jueves, 23 de septiembre de 2010

Prensa | lanación.com | Sigue la corrupción en el área de inspección

Preavisos y coimas en controles a los boliches
Sigue la corrupción en el área de inspección. Pablo Tomino LA NACION.
Preavisos a empresarios sobre el momento en que recibirán una inspección... Estas y otras irregularidades, que llevan años, siguen ocurriendo hoy en la ciudad de Buenos Aires, según revelaron a LA NACION numerosas fuentes vinculadas con el área de inspecciones porteñas en los últimos siete años... En 2007, Federico Young, primer director de la Agencia Gubernamental de Control (área que tiene a su cargo los inspectores)... sufrió una fuerte presión de los gremios estatales...
Hay más: distintas fuentes confirman la existencia de un grupo de abogados jóvenes, conocidos en el ambiente de la noche, que asesoran a empresarios de los boliches y ofrecen, a cambio de dinero (el cachet iría entre los 5000 y 25.000 pesos), evitar clausuras... y mantenerse al margen de los requerimientos que exige la ley. Estos abogados dicen tener contactos con funcionarios de la ciudad y que pueden actuar en consecuencia. LA NACION le suministró al gobierno porteño toda la información recogida sobre este tema, pero ningún funcionario quiso opinar...

Puntos oscuros del sistema por los que se filtra la corrupción
Hay inspecciones no contempladas, atraso en el padrón de habilitaciones y categorías dudosas. Angeles Castro y Laura Rocha LA NACION

"Agujerearon a martillazos la pared de mi oficina"
Un ex director porteño acusa a sindicalistas
Federico Young: "Los gremialistas me agujerearon a martillazos la pared para que no echara inspectores". De esta manera, Federico Young, el primer director de la Agencia Gubernamental de Control, organismo que Mauricio Macri creó en 2008 para concentrar las inspecciones en la ciudad, resumió cómo es la relación de esta área con buena parte del gremio municipal.
Young, un ex juez federal que permaneció un año en su cargo tras presentar su renuncia "por haber cumplido el objetivo", según dijo, contó a LA NACION cuáles fueron las situaciones que vivió cuando intentó "sanear" el área que comandaba.
-¿Cómo ejercían los gremios esa presión cuando quería hacer cambios?
-Un día subieron hasta mi oficina 50 personas, algunas con bombos y todo. Mientras estaban afuera, esperando, dos de ellas me martillaron la pared hasta hacer dos agujeros por donde me veían. Entonces, accedí a que pasaran tres. ¡Y se metieron seis tipos en mi oficina!
-¿Qué le dijeron?
-Que no echara a ninguno de los inspectores y empleados de planta; que dejara las cosas como estaban porque se iba a complicar.
-¿Y usted qué hizo?
-Les dije que el bombo me gustaba y que podían tocar una zamba. Durante mi gestión, mandé a unos 100 inspectores a disponibilidad.
-Sin embargo también incorporó a otros que estaban en disponibilidad...
-Sí, porque así lo determinaba la Justicia. Pero algunos hacían tareas que no eran inspectivas, porque sus anteriores cargos ya no eran sostenidos por esta gestión. Era muy difícil la convivencia.
-¿Logró probar algún caso de corrupción?
- En mi gestión, no. Es difícil probar la corrupción porque los inspectores corruptos no dan recibos.
-¿Recibió más intimidaciones?
-Un día tiraron dos muebles en el despacho donde estaban mis secretarias. También me rayaron el auto en el estacionamiento, aunque no tengo pruebas de que hayan sido ellos. La presión era constante. Pero tengo el orgullo de decir que nosotros comenzamos a desactivar un lugar donde había anarquía y corrupción.
-¿Qué influencia tienen los gremios en las inspecciones?
-En las inspecciones, ninguna. Pero presionan para que sigan los inspectores y el personal de planta
Jueves 23 de setiembre de 2010 | Publicado en edición impresa LA NACIÓN

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