Con motivo de haberse conmemorad el Día Mundial del Urbanismo, instituido por Carlos Della Paolera, el autor asegura que no hay nada que celebrar en esta materia. Y asegura que la ciudad actual “nos duele” ... y nos debe preocupar, porque es el reflejo de nuestra fragmentación, de nuestra indolencia, de nuestro destino no querido.
La villa no es el espejo de los pobres: es el espejo de todos nosotros, ausente, callado, miserable frente a la desesperación del otro. Debemos hacernos cargo porque también nos estamos olvidando de nosotros mismos, por aquello de que somos un conjunto, un todo urbano que se cierra y las llaves las tienen la especulación, la desigualdad y la desidia.
* Arquitecto, Presidente de la Asociación Argentina de Planificadores Urbanos y Regionales | Urbano | Opinión | 16/11/15
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