viernes, 26 de octubre de 2012

Prensa | Ciudades | Derrumbes | Creamos el mito de la solidez de la construcción


Un problema de falta de respeto a la construcción
POR MIGUEL JURADO*

Varias causas concurren en esta verdadera epidemia de derrumbes a la que asistimos hoy. Todas apuntan en una misma dirección: la falta de idoneidad en las obras. Se le podrá echar la culpa a los controles, al desempeño municipal o a la banalidad de los funcionarios, pero lo cierto es que si se construye mal, las cosas terminan mal. Hoy la situación es extrema porque el estado de nuestras ciudades y la pérdida de oficios dentro de la construcción hace que las obras se conviertan en una actividad de riesgo, un proceso en el que todos quedamos comprometidos.
 Medianeras que se caen, excavaciones hechas de apuro y sin las mínimas reglas del arte o techos que se desbaratan por problemas que ocurren en un lote vecino, todo eso se ha convertido en un hecho común y denuncian que el ecosistema urbano es cada vez más vulnerable.
LO PEOR ES QUE CRECIMOS CONVENCIDOS DE LA NOBLEZA DE LOS MATERIALES TRADICIONALES Y LES PERDIMOS EL RESPETO.
Exprimimos las reglas de la construcción hasta sacarle todo el jugo y, al final, olvidamos los mínimos recaudos que solían tomarse los viejos constructores italianos.
CREAMOS EL MITO DE LA SOLIDEZ DE LA CONSTRUCCIÓN Y LA REALIDAD SE ENCARGA DE DEMOLERLO TODOS LOS DIAS.
Se podrá decir que muchas de las fallas son culpa de la construcción clandestina ejecutada por aficionados. Pero la verdad es que eso siempre existió y además, hoy, ni siquiera da garantías la construcción controlada y realizada por profesionales consumados. Tenemos que devolverle el respeto que le quitamos a la construcción.
 *Editor de ARQ

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