lunes, 21 de septiembre de 2015

Prensa | Atahualpa Yupanqui y el porteño barrio de San Benito de Palermo

31/01/2012 | "BASTA YA" | (...) Yo creo en el tallado de la vida. Si bien Atahualpa heredó de sus mayores los dones fundadores de la paisanidad, la vida entre sus pares completó al hombre total. Codo a codo con seres anónimos y silenciosos, uno más. 
06/02/2008 |  CULTURA Y DEBATES  | A cien años de su nacimiento | Atahualpa Yupanqui
Héctor Roberto Chavero Aramburo nació en la provincia de Buenos Aires, el 31 de enero de 1908, en Campo de la Cruz, y fue registrado en Pergamino, ciudad distante a 30 km de allí. Su padre, ferroviario, era originario de Loreto (Santiago del Estero), criollo de sangre quechua. Su madre era vasca. ... Desde que empezó a dar a conocer sus poemas firmó con el seudónimo de Atahualpa Yupanqui. La etimología de este nombre la dio él mismo: "Viene de lejanas tierras para contar algo".
SIEMPRE VOLVIA
“Recorrió el país primero, siguiendo los itinerarios ferroviarios de su padre, luego caminó por América para aprender de ella la herencia de los abuelos antiguos y así nutrirse alma de poeta y cantarle a su pueblo. Europa, empezando por Francia, se le abrió azorada ante sus “coplas errantes” justo en tiempos de dolores y luchas.
Ayudó, junto a solidarios amigos, a los que corrían el peligro de perderlo todo. Percibió en carne propia el dolor de ser negado. Pero siguió siendo hombre de la tierra, de su tierra. Aun cuando París fue el ámbito de trabajo durante largos años, su familia, sus querencias siguieron siendo El Cerro Colorado, el porteño barrio de SAN BENITO DE PALERMOLlegó silenciosamente cada año, retornó a los compromisos laborales cada temporada”. Murió en París el 23 de mayo de 1992.
15/10/1981 | Yupanqui
casado con una francesa, reside alternativamente en París y Buenos Aires... la casi secreta dirección de su casa "Sólo la tienen muy pocos amigos"... vive en un departamento como tantos de los que conforman las torres del barrio que se extiende entre el HIPÓDROMO DE PALERMO y el HOSPITAL MILITAR. En su interior no hay nada más destacable que dos guitarras y unas decenas de libros evidentemente consultados con bastante frecuencia. Acerca de las guitarras dice: "Aquella, la más viejita, fue la única que tuve durante treinta y dos años; ésta viene conmigo desde hace quince. Me duran mucho tiempo: como los amigos"

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